El 16 de junio es una fecha que resuena con acontecimientos significativos tanto en Argentina como en el mundo. Desde hitos literarios hasta nacimientos de figuras emblemáticas de la música, pasando por hechos trágicos que marcaron la historia del país, este día concentra un crisol de sucesos dignos de recordar.
El Día Más Famoso de la Literatura: Bloomsday
Cada 16 de junio, los amantes de la literatura celebran el Bloomsday, en conmemoración del día en que Leopold Bloom, protagonista de la novela Ulises de James Joyce, recorrió Dublín. Publicada en 1922, esta obra maestra del siglo XX narra las peripecias de Bloom, su esposa y Stephen Dedalus en un día aparentemente normal, elevándolo a la categoría de épica moderna. Joyce eligió esta fecha en particular porque fue el día en que comenzó su relación con Nora Barnacle, su compañera de vida. Hoy en día, Dublín y otras ciudades del mundo se visten de fiesta para homenajear a Joyce y su obra, con lecturas, representaciones teatrales y otros eventos culturales.
El Nacimiento de Jairo: Una Voz Inconfundible
Un 16 de junio de 1949, en Cruz del Eje, Córdoba, nació Mario Rubén González, mundialmente conocido como Jairo. Este cantautor de voz privilegiada es una figura central de la música popular argentina. Su talento lo llevó a recorrer el mundo, radicándose en España y Francia durante la década de los 70. A lo largo de su prolífica carrera, colaboró con grandes como Astor Piazzolla, Horacio Ferrer, Mercedes Sosa y Atahualpa Yupanqui. Un momento cúlmine fue cuando cantó el Himno Nacional Argentino ante una multitud de 800 mil personas en el cierre de la campaña de Raúl Alfonsín en 1983, consolidándose como un ícono cultural del país.
El Bombardeo de Plaza de Mayo: Una Tragedia Inolvidable
El 16 de junio de 1955, Buenos Aires fue escenario de un hecho estremecedor: el bombardeo de Plaza de Mayo. Aviones de la Marina, bajo las órdenes del vicealmirante Samuel Toranzo Calderón y el contralmirante Benjamín Gargiulo, atacaron la plaza en medio de un clima de creciente tensión entre el gobierno de Juan Perón y la Iglesia Católica. Este acto de violencia dejó una profunda cicatriz en la memoria colectiva argentina y marcó un punto de inflexión en la historia del país.