El fútbol argentino se viste de nostalgia. Lautaro “Laucha” Acosta, el jugador más laureado en la historia de Lanús, colgó los botines. Su último partido, la derrota frente a Tigre en los octavos de final del torneo Clausura, marcó el final de una era para el “Granate”.
Un Legado Imborrable
Acosta, con seis títulos en su haber, se retira como un verdadero ícono. Aunque permaneció en el banco de suplentes durante el encuentro contra Tigre, su presencia se sintió en cada rincón de La Fortaleza. Su último encuentro en el campo fue en Asunción, donde, a pesar de fallar un penal crucial, levantó la Copa Sudamericana, un momento que coronó su brillante trayectoria.
Emoción en La Fortaleza
La noche del miércoles fue una mezcla de emociones. La derrota ante Tigre no empañó la celebración del título sudamericano y, sobre todo, la despedida de un ídolo. Los jugadores de Tigre rindieron homenaje a Lanús con un pasillo de honor, reconociendo la épica conquista continental. Los jugadores del “Granate” desfilaron junto a sus hijos, portando estrellas que simbolizaban el campeonato.
Palabras de un Ídolo
En medio de los festejos por la Copa Sudamericana, Acosta expresó su gratitud: “Quiero agradecer a estos guerreros, a mis compañeros, que me acompañaron y ayudaron cuando no pude más. Estuvieron ahí para levantarme. Después quiero agradecerles a ustedes (los hinchas). Fuimos recontra felices, lloramos, reímos, siempre hombro con hombro... Me voy siendo el hombre más feliz del mundo”.
“Quiero agradecerles por tanto cariño, no hay palabras para describir lo que estoy sintiendo, lo que me está pasando”, añadió el delantero de 35 años, visiblemente emocionado. Su legado perdurará en la memoria de los hinchas de Lanús y en la historia del fútbol argentino.
Sin duda, la despedida de Laucha Acosta marca el fin de una etapa gloriosa para Lanús. Su entrega, pasión y talento lo convirtieron en un referente indiscutible y en un símbolo de identidad para toda una generación de futbolistas y aficionados.