El ex jugador de Racing, Giovanni Moreno, finalmente rompió el silencio y reveló detalles escalofriantes sobre la famosa pelea en el vestuario de Racing en 2012, donde Teófilo Gutiérrez sacó un arma tras una derrota humillante ante Independiente. ¿Qué desató la furia y cómo terminó todo?
El Clásico que Encendió la Mecha
Todo comenzó tras la derrota 4-1 ante Independiente en el clásico de Avellaneda el 14 de abril de 2012. Según Moreno, la tensión ya era palpable en el vestuario, pero un intercambio de palabras entre Sebastián Saja y Teófilo Gutiérrez fue la chispa que encendió la bomba.
“El Chino (Saja) lo retó a pelear a las duchas”, relató Moreno a ESPN. La respuesta de Gutiérrez, “A vos te hicieron cuatro y nadie te dice nada”, desató la furia del arquero.
Puños, Patadas y... ¡Un Arma!
Moreno describió el caos que siguió: “Ahí empezó el Chino (Saja) a pegarle y Teo solo se tapaba. Ahí es donde yo me paro a tirarle una patada (a Saja)... yo mando la patada y paso de largo. Cuando paso de largo, el Chino me ve que yo estoy ahí y me empieza a pegar a mí. Ahí se vienen todos”.
El colombiano continuó: “Estábamos en una esquina del camerino y el Chino me tira un puño que me corta la oreja y otro en la ceja”. En medio del caos, Gutiérrez tomó una decisión drástica: “Cuando Teo saca la pistola, yo estoy delante de él, él saca la pistola y dice ‘ahora sí, vénganse pues’”.
La revelación de Moreno pinta un cuadro impactante de un vestuario fuera de control, donde la rivalidad deportiva se transformó en violencia extrema. Este incidente marcó un antes y un después en Racing, con la renuncia del entrenador Alfio Basile y la salida de Gutiérrez del club.
¿Qué pasó después?
Las consecuencias de la pelea fueron significativas. Alfio Basile renunció a su cargo de entrenador, y Teófilo Gutiérrez fue transferido en el siguiente mercado de pases. El incidente dejó una cicatriz profunda en la historia del club y en la memoria de sus hinchas.
La confesión de Gio Moreno permite reconstruir un episodio oscuro del fútbol argentino, donde la pasión y la frustración se desbordaron de manera alarmante.