Roma se paralizó este fin de semana con un referéndum crucial que buscaba modificar leyes laborales y de ciudadanía. Sin embargo, la jornada electoral concluyó sin alcanzar el quórum necesario, dejando sin cambios importantes propuestas para la clase trabajadora y los inmigrantes no europeos.
Baja Participación frustra las reformas propuestas
A pesar del intenso debate previo, la participación no superó el umbral del 50% más uno de los 51 millones de votantes habilitados. Esto impidió que se modificaran cinco medidas clave: cuatro relacionadas con derechos laborales y una sobre la ley de ciudadanía italiana.
¿Qué se proponía en el referéndum?
Entre las propuestas más destacadas, se buscaba:
- Derogar puntos considerados injustos en la legislación laboral, que afectaban directamente a la clase trabajadora.
- Reducir de 10 a 5 años el período de residencia legal requerido para que extranjeros extracomunitarios puedan solicitar la ciudadanía italiana.
Meloni y la estrategia de la abstención
La primera ministra Giorgia Meloni jugó un papel controvertido en este proceso. En lugar de promover el voto por el “No”, optó por una estrategia de abstención. Incluso se presentó a votar, pero no retiró las papeletas, señalando su postura de no apoyar las modificaciones propuestas.
Esta táctica, aunque criticada, no es nueva en la política italiana. En el pasado, otros líderes políticos han utilizado estrategias similares para deslegitimar referendos que no convenían a sus intereses.
Un futuro incierto para las reformas
El fracaso de este referéndum deja un futuro incierto para las reformas laborales y migratorias en Italia. Será necesario buscar otras vías para abordar las preocupaciones de los sindicatos, la clase trabajadora y los inmigrantes que aspiran a la ciudadanía.
La falta de quórum en los referendos se ha convertido en un problema recurrente en Italia desde 2011. Esto plantea un desafío para la democracia participativa y la capacidad de los ciudadanos para influir en las políticas públicas.