Hacienda Nápoles: ¿Justicia para Víctimas o Herencia Narco?

La emblemática Hacienda Nápoles, otrora símbolo del poderío de Pablo Escobar, vuelve a estar en el centro de la polémica. Tras la denuncia del director de la Agencia Nacional de Tierras (ANT), Felipe Harman, sobre la incertidumbre en el destino de gran parte de sus terrenos, el futuro de este espacio, hoy convertido en parque temático, se debate entre la reparación a las víctimas del conflicto y los intereses de quienes, según el presidente Petro, pretenden perpetuar la herencia del narcotráfico.

Harman denunció un caso específico: el desalojo violento, en 2017, de Millinery Correa y otras víctimas del conflicto a quienes se les había otorgado un predio en comodato para construir viviendas y sembrar. Tras años de lucha, Milli y la Asociación de Mujeres Construyendo Tejido Social lograron la restitución de 120 hectáreas, un logro que Harman calificó como "justicia para las campesinas y una victoria histórica".

El presidente Gustavo Petro se sumó a la controversia, afirmando que "se empezó a recuperar la hacienda Nápoles para las víctimas". En un mensaje contundente, Petro acusó a los "herederos políticos y económicos" de Escobar de intentar apropiarse de la hacienda.

¿Qué futuro le espera a la Hacienda Nápoles?

La pregunta clave es qué ocurrirá con las 3.700 hectáreas restantes de la propiedad. La denuncia de Harman plantea serias dudas sobre la transparencia en la gestión de estos terrenos y el cumplimiento de los compromisos adquiridos con las víctimas del conflicto armado.

Un símbolo de controversia

La Hacienda Nápoles representa mucho más que un antiguo refugio de un narcotraficante. Es un símbolo de la violencia, el poder corrupto y la impunidad que marcaron una época. Su transformación en parque temático ha generado debates sobre la memoria, la reparación y la necesidad de evitar la glorificación del crimen.

  • La lucha por la tierra: El caso de la Hacienda Nápoles pone de manifiesto la persistente problemática del acceso a la tierra en Colombia y la necesidad de garantizar los derechos de las comunidades campesinas.
  • La memoria y la reconciliación: El destino de este espacio debe ser definido en un proceso participativo que involucre a las víctimas, las comunidades locales y la sociedad en general.
  • El legado de Pablo Escobar: Es fundamental evitar que la figura de Escobar sea romantizada o utilizada como un atractivo turístico, priorizando la verdad y la reparación a las víctimas.

El futuro de la Hacienda Nápoles es un desafío para el gobierno colombiano y una oportunidad para demostrar su compromiso con la justicia, la memoria y la reconciliación.

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