El nombre de Lucas Martínez Quarta resuena en el mundo River, pero no precisamente por buenas noticias. El defensor, que supo ser pilar fundamental en la defensa del equipo de Marcelo Gallardo, atraviesa un presente irregular que lo ha llevado a perder terreno en la consideración del técnico.
De la roja a la banca: el declive de Martínez Quarta
Su expulsión en el partido contra Estudiantes, por doble amarilla, fue la gota que rebalsó el vaso. Una imprudencia que no solo complicó el desarrollo del encuentro para River, sino que también le valió críticas y autocríticas por parte del propio jugador. "Disculparme y felicitar a mis compañeros. Gran esfuerzo de todos para aguantar un partido difícil", escribió Martínez Quarta en sus redes sociales, reconociendo su error.
¿Un ciclo cumplido?
Pero la roja ante Estudiantes no es un hecho aislado. El rendimiento de Martínez Quarta desde su regreso a River no ha sido el esperado. Errores puntuales, falta de solidez defensiva y cierta desconcentración lo han alejado del nivel que lo catapultó a Europa. Sumado a esto, la aparición de jóvenes promesas como Rivero y el buen momento de Portillo, han complicado aún más su situación.
Gallardo y las variantes en defensa
Ante este panorama, Marcelo Gallardo se plantea variantes en la defensa de cara a los próximos desafíos, incluyendo la Copa Libertadores. La vuelta de Paulo Díaz, la solidez de Rivero y la posibilidad de sumar a Portillo en una línea de tres, abren un abanico de posibilidades para el técnico, relegando a Martínez Quarta al banco de suplentes.
La decisión de Gallardo de dejarlo en el banco para el partido de ida de los cuartos de final contra Palmeiras fue una clara señal. ¿Se avecina un cambio de ciclo para el defensor? El tiempo dirá si Martínez Quarta logra revertir su situación y recuperar su lugar en el equipo titular, o si su futuro estará lejos de Núñez.
- Errores defensivos recurrentes
- Expulsiones que complican al equipo
- Surgimiento de nuevos talentos en la defensa
En definitiva, el presente de Lucas Martínez Quarta es un claro ejemplo de que en el fútbol, como en la vida, nada está garantizado y que el rendimiento es el factor determinante para mantenerse en la élite.