Un tiroteo en el corazón de Manhattan, Nueva York, ha dejado una estela de dolor y conmoción. El incidente, ocurrido en un edificio de gran altura en Midtown Manhattan alrededor de las 18:30 ET del lunes, cobró la vida de cuatro personas.
Detalles del Incidente
Entre las víctimas fatales se encuentra el oficial de policía de la ciudad de Nueva York, Didarul Islam, quien se encontraba trabajando como seguridad en el edificio al momento del ataque. Islam, un inmigrante de Bangladesh que se abrió camino en la fuerza policial, era un oficial de patrulla con una prometedora carrera. Las otras tres víctimas aún no han sido identificadas.
El atacante, identificado como Shane Tamura, de 27 años, portaba un permiso de portación oculta de armas que expiraba en 2027. Después de cometer el tiroteo, Tamura se suicidó.
Motivaciones del Atacante
Según fuentes policiales, Tamura llevaba consigo una nota de suicidio donde culpaba a la NFL (National Football League) por su presunto sufrimiento de encefalopatía traumática crónica (CTE), una enfermedad cerebral degenerativa causada por conmociones cerebrales y golpes repetidos en la cabeza. En la nota, Tamura acusaba a la liga de ocultar los peligros para el cerebro con el fin de maximizar las ganancias. Sin embargo, no jugó al fútbol después de la escuela secundaria.
Investigación en Curso
Las autoridades están investigando el historial de salud mental de Tamura, quien había reportado tendencias suicidas. También se está considerando la posibilidad de estudiar el cerebro de Tamura para determinar si realmente sufría de CTE. La policía encontró otra nota en su departamento de Las Vegas, donde escribió sobre su familia.
Reacciones y Consecuencias
El comisionado de policía Jessica Tisch lamentó la muerte del oficial Islam, destacando su valentía y sacrificio. El alcalde Eric Adams expresó sus condolencias y aseguró que se investigará a fondo el caso. El tiroteo ha generado un debate sobre la seguridad en los edificios de oficinas y la necesidad de abordar la salud mental de los individuos.
Este trágico evento ha dejado una marca imborrable en la ciudad de Nueva York, recordando la fragilidad de la vida y la importancia de la prevención de la violencia.